La Escuela Hospitalaria Provincia San Antonio entrega educación a pacientes en edad escolar que se encuentran internados en el Hospital Claudio Vicuña, en su hogar (hospitalización domiciliaria) o bien a aquellos que debido a su condición de salud no pueden asistir a clases de forma presencial.
Dania Quezada, educadora diferencial y directora de la escuela especificó que esta alternativa de aprendizaje es reconocida y subvencionada por el Ministerio de Educación y “se incorpora a los hospitales a través del área de satisfacción usuaria y Hospital Amigo, porque justamente lo que buscan es trabajar para mejorar y complementar el servicio que se le entrega a los beneficiarios”.
“Ya tenemos 12 matrículas, son usuarios que vamos a ver a sus casas con todas las medidas de prevención para evitar el contagio del Covid -19. Están incluidos pacientes de salud mental que no pueden asistir a clases presenciales, para que en vez de desertar del sistema escolar puedan continuar con su formación. Sabemos que la enfermedad de un pequeño influye en toda la familia y la idea es poder apoyarlos. Nuestros alumnos van de los 4 a los 21 años, desde prekínder hasta cuarto medio y también atendemos a los niños que quedan hospitalizados en el servicio de Pediatría”, especificó la profesional.
Zaira Cabello de 12 años comenzó con sus clases la semana pasada, a pesar de su actual estado de salud su familia considera que es muy positiva la estimulación que recibe por parte de los profesionales de la Escuela Hospitalaria.
Su madre Rita Alvarez, especificó que Zaira padece parálisis cerebral vegetativa y epilepsia. “Producto de un estatus convulsivo mi hija quedó en esta condición hace ya cuatro años, antes era una niña normal y le gustaba mucho ir al colegio, por lo cual a pesar de que no se comunica, sigue atentamente a la profesora con sus ojos y eso nos da a entender que es algo que le gusta, que le llama la atención”.
Dania Quezada agregó que lo que se busca con la Escuela Hospitalaria es garantizar el derecho a la educación para los niños y adolescentes que por su condición de salud deben estar hospitalizados o bien cumplir con tratamiento en sus domicilios.
“Como en el caso de esta paciente (Zaira) que está en un estado vegetativo, que es imposible que asista al colegio. La única manera de dar respuesta a su derecho es que el colegio se traslade a su casa para estimularla, leerle cuentos o escuchar música. Aún no sabemos cuánto se va a conectar con nosotros, pero estamos seguros que con la estimulación va a reaccionar más con su familia. Mejorar su calidad de vida que es algo que podemos trabajar. Es un proceso que se va ir midiendo. Todo depende de cada niño, de cada familia y los profesores lo que tenemos que hacer es flexibilizar y adaptarnos a sus necesidades”.
La educadora diferencial agregó que debido a la pandemia del covid-19 alguna de las clases e intervenciones se realizan de forma remota. “Nos dimos cuenta que les hacía bien a los pacientes y estudiantes tener compañeros, escuchar otras voces, tanto a ellos como a sus padres cuidadores. Mantenemos la clase de educación física adaptada y de arteterapia además de atenciones psicológicas en este formato.
Son talleres en que los padres los ayudan, los acompañan, de cierta manera son las manos de los profesores. Es otra instancia para que puedan tener más estimulación. Ojalá cada día tengan cosas por hacer. Les dejamos tareas a los papás, por lo mismo, para que tengan que hacer otras actividades y así tengan una rutina. Mientras más estimulación reciban más podemos avanzar con ellos”.