La empresa anunció la salida de 135 personas de su casa matriz.
¿QUÉ PASÓ?
Este martes, mediante un comunicado público, la multitienda anunció la salida de 135 personas de su casa matriz, «atendiendo a la baja en las ventas que ha afectado en general al sector del retail y en particular a La Polar».
La firma ligada al empresario Leonidas Vial afirmó que esto equivale a una reducción de un 29% de la nómina de los cargos gerenciales corporativos y que no afecta a la red de tiendas.
«La empresa enfrenta la necesidad de implementar una serie de medidas que permitan dar sustentabilidad a La Polar en el largo plazo. Estas implican un ajuste en los gastos administrativos y una reducción en el número de personas que se desempeñan en la casa matriz, en especial atención al complejo contexto del mercado en el que la compañía se desenvuelve», explicó Loreto Rossler, gerente de Personas de la compañía.
En los últimos meses la empresa se ha visto golpeada desde dos frentes: primero, por el desenlace de la disputa judicial con AFP Capital en el contexto del caso de las repactaciones unilaterales de 2011, por el que la compañía tendrá que desembolsar US$ 18 millones en indemnizaciones en un plazo de hasta 20 años; y, segundo, por la serie de denuncias de marcas extranjeras que la acusan de comercializar ropa falsificada, lo que también ha abierto una serie de procesos penales en contra de La Polar.
UN DIFÍCIL 2022
La primera bomba llegó a fines de octubre. El 13° Juzgado Civil de Santiago ordenó la liquidación del crédito que la compañía mantenía con AFP Capital. Y, aunque la retailer objetó la medida, pocos días después la justicia autorizó el embargo del edificio de casa central, algunas cuentas corrientes y marcas propias de Empresas La Polar, hasta que los bienes fueran suficientes para pagar las deudas e intereses que la compañía.
El mercado ya temía por la multitienda y se alertaba que la empresa no tenía la liquidez suficiente para indemnizar a AFP Capital, por lo que era probable que necesitara financiamiento externo para ello.
Con esos temores sobre la mesa, estalló la segunda bomba. El día 22 de noviembre, Carabineros allanó ocho sucursales de La Polar e incautó $ 18 millones en prendas de vestir de la marca deportiva Under Armour, tras una denuncia de la propia estadounidense.
Poco a poco, otros sellos internacionales se fueron sumando a las acusaciones. Adidas, Columbia y Wrangler han arremetido públicamente contra La Polar, Nike lo hizo en contra de uno de sus proveedores y Aduanas ha presentado una serie de querellas contra la compañía, en las que ha revelado cargamentos incautados de las marcas Kipling, Levi’s y Kendall + Kylie.
A pesar de que la multitienda logró llegar a un acuerdo con AFP Capital, por el que pagará los US$ 18 millones gradualmente, a todo esto se suma el contexto de contracción de toda la industria del comercio, que vino tras el boom del consumo impulsado por los retiros de los fondos de pensiones. Y es que a medida que más marcas acusaban a La Polar, al interior de la empresa lo que más dolía era el nuevo golpe a la imagen de la compañía justo al enfrentar el periodo de fin de año, el más importante para sus ingresos y cuyo desempeño debe informar en pocos días al regulador.